Quinta Pertierra


Iniciamos nuestro recorrido en la “Quinta Pertierra”, en el barrio de La Costana (Soto Ribera), conjunto formado por la vivienda propiamente dicha, la capilla de Santa Marisa y la casa de los caseros. Data el conjunto de finales de s.XIX y presenta un estilo ecléctico. Arquitectónicamente hablando es de gran interés el lucernario-observatorio de madera acristalado que remata la cumbrera, así como el mirador de hierro apoyado sobre repisa pétrea moldurada y flanqueado por dos balcones enrasados con antepechos de fundición que se dispone en la fachada principal o la doble galería volada de madera sobre columnas de fundición de la fachada trasera.

La Quinta


También con estilo ecléctico y a finales del s.XIX, se construye la que conocemos como “La Quinta”, a escasos metros de la “Quinta Pertierra”. Se trata también de una vivienda unifamiliar aislada, en la que destaca por su gusto pintoresco el alero, muy saliente, de festón de tablilla con una guardamalleta calada. En el eje de la fachada, se destaca sobre la cubierta una torrecilla de dos alturas: la primera actúa como casetón para iluminar el bajocubierta, mientras que por encima se encuentra un mirador que dispone de una pequeña terraza en la parte trasera. Esta torre remata en tejado a cuatro aguas y es de ladrillo macizo pintado. También cuenta con un interesante mirador de planta hexagonal, metálico, adosado al costado oriental del primer piso y sostenido por columnas de fundición. El cierre del mirador se realiza mediante vidrios polícromos de gran belleza.ra.

 

Palacio y capilla de San José


En El Polledo encontramos el Palacio y capilla de San José. Se trata de un Interesante conjunto de carácter residencial y agropecuario cuyo aspecto actual es fruto de sucesivas ampliaciones, convirtiéndose en fiel exponente de la capacidad de agregación e integración de la arquitectura tradicional que alcanza aquí notable calidad constructiva. Puede destacarse la fachada principal, resuelta con una galería de madera acristalada sobre un zaguán, orientada al sur sobre un patio en que se emplaza la panera. No puede dejar de hacerse mención al cierre de la finca, realizado también de mampostería, que subraya el carácter del organismo funcional al que responde la edificación.

La capilla, dedicada a San José, funciona como templo particular, integrándose en el conjunto funcional y físicamente, pues su trasera y medianera se yuxtaponen al área residencial. Adopta planta rectangular, organizada en cabildo abierto a los pies, nave única rematada en muro testero recto. Al frente presenta una espadaña de un solo ojo con campana, rematada en sencillo frontón. Se ingresa a través de un arco de medio punto apoyado en impostas molduradas y pilastras. Existe una ventana con derrame exterior en el costado.

Casa La Caleya


A pesar de encontrarse en estado de abandono, no podemos dejar de mencionar la “Casa La Caleya”, también en Soto Ribera. Construida en 1902 y de estilo eclecticista como las dos primeras, sus propietarios en este caso fueron indianos, fallecidos en América. Se trata de una vivienda, tipo palacete, con ciertas características urbanas que responden a la promoción, datación y estilo adoptados, destacando en el conjunto de la arquitectura de la parroquia. Adopta planta rectangular y su volumen, notable, responde a una estructura en dos pisos con semisótano y bajocubierta. Los vanos son apaisados en el semisótano y arquitrabados en los pisos, todos recercados con sillería despiezando la clave que en las fachadas principal y laterales adquieren más desarrollo, con antepechos de fundición de carácter ornamental. Una de las fachadas laterales se retranquea parcialmente, dejando espacio para una galería de madera acristalada sostenida por dos columnas de fundición. Destaca en la fachada el acceso principal que se realiza mediante una escalera de piedra, salvando así la altura del semisótano. El conjunto cuenta con una capilla desacralizada y originalmente dedicada a San Fernando.

 

Casa del Licenciado Carlos Prieto


Casa del Licenciado Carlos Prieto: esta casona tradicional asturiana, con sus dependencias auxiliares, llama la atención entre el caserío de Güeñu/Bueño. Fue la casa de Carlos Prieto y Fernández de la Llana, el “licenciado” como se le llamaba en Méjico, el “indiano” ejemplar que se recuerda aquí. Ovetense, emigró y trabajó como industrial y financiero en Monterrey (Méjico), logrando una gran fortuna en “La Fundidora de Aceros y Fierros” que en parte, dedicó como mecenas al desarrollo cultural, entroncando con la Generación del 27. Aunque la casa se date en el siglo XVIII, fue reformada más tarde: un gran volumen sobrio de mampostería, con sillares de color rosado, pues son de caliza griotte, en lugares destacados, cubierta a cuatro aguadas y con huecos adintelados dispuestos con simetría en la fachada principal. Cuenta, dentro de la finca, con una panera del siglo XIX, vivienda de los caseros y un curioso depósito de aguas rematado en forma de hórreo.

Casa de Doña Visita o Casa Valsinde


En la parroquia de Teyego y más concretamente en Sardín, se edificó en el s.XVIII la Casa de los Hevia–Ponte, conocida también como casa de Doña Visita o Casa Valsinde. De generosas dimensiones, responde a criterios constructivos tradicionales resueltos con calidad formal y regularidad en su estructura. La fachada principal, orientada al sur, dispone de un corredor volado (barandilla de barrotera torneada, pies derechos y zapatas, con alero de cuidada talla sobre ménsulas) entre un muro cortafuegos (ángulo libre) y apoyado, en el lado opuesto, en un machón de mampostería y dos columnas toscanas de buena piedra; así se configura un corto zaguán que protege los accesos al interior de la vivienda a través de una puerta resuelta en arco rebajado.

Según fuentes orales de la zona, se trataría de la casa de los Ordóñez-Valsinde, aunque el escudo del primer piso de la fachada principal muestra las armas de los Hevia-Ponte.

 

Iglesias Santa Leocadia de Palombar


Iglesias Santa Leocadia de Palombar es una iglesia parroquial levantada en 1720, sobre un templo medieval anterior (fue restaurada en  2006, descubriéndose pinturas medievales). Presenta planta de cruz griega y cabecera plana, con una sola nave en la que se disponen dos capillas simétricas, en los laterales de la Epístola y del Evagelio. El flanco occidental del templo está recorrido por un pórtico que se abre al exterior mediante tres arcos de medio punto. Destaca el imafronte, con un óculo y remate en pesada espadaña de dos pisos y tres ojos, con campanas en dos de ellos. Del interior puede reseñarse la tribuna sobre el vestibulo, a los pies de la nave, ordenada en tramos por arcos perpiaños y cubierta con bóveda de arista.

Iglesia de San Nicolás de Bari de Teyego


La Iglesia de San Nicolás de Bari de Teyego por ser una de las más antiguas del municipio. Ésta data del siglo XVII y sustituye una fundación medieval de la que sólo se conserva una pila bautismal en su interior.  Se trata de un edificio de planta rectangular y cabecera plana formado por nave, presbiterio, pórtico diáfano al sur y cuerpo con tres capillas y otras dependencias adosadas al muro norte. Espléndidas son las campanas de su espadaña, con la Cruz de Santiago la de la izquierda y la de los Ángeles la de la derecha.
Su situación, sobre Soto Rei y Sardín, hacen además de su emplazamiento un espléndido mirador sobre el Nalón. Adosado tiene el cementerio cercado por un muro que tal y como reza en una inscripción, fue construido ya en 1919.

 

Capilla de San Antonio


En Sardín, y recientemente restaurada por ayuntamiento y vecinos, contamos con la capilla de San Antonio, probablemente vinculada a la Casa de los Hevia-Ponte, puesto que conserva en su interior el escudo con dichas armas, en el muro testero, además de la imagen del santo titular. Se trata de un templo de cierto porte por sus dimensiones y altura, que incorpora algunos elementos constructivos de calidad. Adopta planta rectangular: cabildo diáfano, nave única y muro testero recto en el que se practica una arcada ciega. El pórtico es accesible mediante cuatro peldaños y está delimitado por muros laterales ciegos y por el estilóbato frontal, en el que se apoyan dos columnas, diferentes aunque manteniendo un sistema de basa sobre plinto y capitel, que soportan el peso de la cubierta.

Capilla de San Pedro


El concejo también cuenta con una buena nómina de capillas, como las de Los Remedios y la de San Pedro, situadas ambas en la parroquia de Teyego, cuyas características entroncan con valores de la arquitectura popular.

La capilla de San Pedro, erigida en 1793, se caracteriza por la opacidad de la mampostería de sus muros, ya que sólo posee un mínimo óculo bajo la espadaña y un pequeño hueco en el flanco.

 

Capilla del Santo Ángel de La Mortera


Otro ejemplo digno de mención lo encontramos en la capilla del Santo Ángel de La Mortera, en Palombar. Se trata de un pequeño templo de planta rectangular con una única nave que remata en muro testero recto. Se cubre a dos aguas con espadaña de un solo ojo, edificándose en mampostería pétrea revocada y pintada que aún puede verse en el zócalo, reservándose el empleo de sillares para el recercado del arco de medio punto de acceso al interior, las esquinas, o la apertura de la saetera lateral. Fue restaurada en 2007.

Capilla de San Juan de Mata


En la parroquia de Ferreros, en Güeñu /Bueño, encontramos la capilla de San Juan de Mata. Este sobrio templo se ofrece al eclesiástico francés, fundador de la Orden de los Trinitarios (dedicada a la redención de cautivos), cuya fiesta sigue celebrándose cada 8 de febrero con gran animación, claveles, gaitas y tartas incluidas. La capilla adopta planta rectangular y cuenta con una portada en arco de medio punto, rematando el hastial en una espadaña de un solo ojo con campana y cruz. Su diseño y materiales son tradicionales y destaca la inscripción labrada en piedra que, bajo dos flores de lys y un castillo, reza así: “ESTA CAPILLA LA / IZO JUAN LOPEZ / DE BUEÑO DE SU/ DEBOZION / AÑODE / 1725 [sic]” .

 

Iglesias San Saturnino de Soto


Buen ejemplo de iglesia parroquial de época contemporánea es San Saturnino de Soto, cuya construcción dataría de 1931 según figura en una inscripción situada sobre el arco de la puerta.

Capilla Virgen de los Remedios


La capilla ilustrada en la imagen data de 1904. Fue destruida durante la guerra civil y reconstruida en la segunda mitad del siglo XX con aportaciones de los vecinos. Actualmente se le conoce como “Capilla de los Remedios” (En honor a la Virgen de los Remedios)

 

Capilla del Carmen, en Soto Ribera


Mención aparte merece la capilla del Carmen, en Soto Ribera, de propiedad municipal y que fue restaurada en 2015, fue fundada en 1880 por Fernando Álvarez del Manzano y su esposa, Teresa Álvarez Ribera. El coqueto templo, colindante con la parcela del propio Ayuntamiento de La Ribera, demuestra cómo, primero nobles y luego burgueses, mantuvieron la dotación de obras como éstas para uso particular y demostración de su poder hasta época reciente.

El templo se yergue en un entorno ajardinado, en el que destaca una airosa palmera que siempre nos remite a un siglo XIX en que este elemento exótico diferenciaba construcciones y promotores.

Sencilla y esmerada, presenta planta rectangular y un pórtico abierto a los pies, con tejadillo independiente y rejería metálica. Está ejecutada en mampostería, destacando los sillares de caliza gris bien labrados en zócalo y cadenas angulares; la cubierta, antaño de teja plana de la cercana fábrica de San Claudio, es a tres aguas y apoya sobre cornisa de ladrillo macizo. Sobre la clave del arco de medio punto que da acceso al interior, aparece un bloque con la fecha de su construcción labrada. Llama la atención el pequeño chapitel de forja, que fue espadaña aunque desgraciadamente no conservemos la campana original, así como el revestimiento cerámico de la fachada principal. En el interior conserva un retablo ecléctico con la imagen de la santa patrona de la mecenas, Santa Teresa, hecho a medida y restaurado también con esmero. En el pavimento destacan dos lápidas de pizarra que recuerdan los enterramientos de los promotores y otros miembros de la familia Álvarez del Manzano todos de fines del XIX.

En suma, en palabras de Sergio Ríos, no encontramos ante “un claro ejemplo de arquitectura burguesa implantada en el ámbito rural, hoy recuperada, que supone una tímida ruptura con la arquitectura tradicional” que se mantiene en la configuración del conjunto, pero incluyendo elementos contemporáneos propios del medio urbano e industrial.