Cada año, a mitad de la Cuaresma, los vecinos de los pueblos de Omaña Alta celebran «La Quema de la Vieja», una tradición ancestral que supone la renovación y la entrada de una nueva estación. El paso del invierno a la primavera, de lo viejo a lo nuevo, del renacer en una vida de gracia para los cristianos.
Era el momento en el que los rapaces de los pueblos preparaban los pachizos, las fachas, como se le conocía en uno u otro de los valles de Omaña Alta. Eran altas varas, de uno y hasta dos o tres metros de longitud, a los que se ataban manojos de centeno, que luego se prendían fuego.
Una fiesta recuperada en el municipio hace unos años y que a causa de la pandemia, se ha suspendido por segundo año consecutivo.
Confiamos en que el próximo año se pueda volver a celebrar. ¡Hay mucho viejo que quemar para dar entrada a nuevos tiempos cargados de buenos momentos entre los vecinos y vecinas de Omaña Alta.
La tradición permanecerá mientras todos y todas nos comprometamos en mantenerlas. No dejemos que las circunstancias adversas lleven al olvido nuestro rico patrimonio cultural.